Como si una Shakirano fuera suficiente en el inicio de su gira mundial, ‘Las mujeres ya no lloran’, un gigantesco avatar de la colombiana se ganó la atención de los 60.000 espectadores en el estadio Nilton Santos de Río de Janeiro. Era una fabulosa noche de verano en la ciudad carioca y la cantante no aparecía, estaba llegando tarde a la cita. Hasta que emergió en caravana junto a sus músicos y su ballet, todos vestidos en tonos plateados.

«Es un placer volver a estar aquí con vosotros. Tengo pequeños problemas, no oigo bien», dijo señalándose los auriculares. «Vamos a intentar solucionar esto primero para poder ofrecerles el espectáculo que he venido a ofrecerles». Ya en inglés, añadiío: «It’s the first show, it happens» (Es el primer show, puede suceder).

Hasta que unos minutos después explicó sonriente lo que estaba pasando: «Alguien se olvidó de encender el espectáculo». Faltaba apretar la tecla para iniciar dos horas y media de música y baile con referencias elípticas a su ex, Gerard Piqué, la aparición en la pantalla gigante de sus hijos Milan y Sasha y una comunicación constante en un fluido portugués con su público.

La fuerte’ fue el primer tema tras una apertura funky a cargo de Dennis DJ. ‘A girl like me’ en un estilo heavy dance fue seguido de ‘Estoy aquí’, el primer éxito de su carrera.

‘Es un sueño para mí volver, después de siete años, abriendo mi gira mundial, y a este país que me ha acogido desde que era una niña’, dijo la colombiana, que a mediados de los ’90 tuvo en Brasil su primer gran test de cara a convertirse en estrella internacional. Había lanzado dos discos que no funcionaron, pero el tercero, en Brasil, sí lo hizo. Parte de su corazón sigue allí.

‘Inevitable’, bien rockero y con una serie de Ken que la acompañaban, dio pie a la primera mención elíptica a Piqué: «Si algo he aprendido es que las caídas son el inicio de un vuelo más alto», dijo, antes de blandir una guitarra rosa para entonar ‘No molestes’.

Ese empoderamiento femenino que se observa en la tapa de su disco con lágrimas que se transforman en diamantes, quedó también claro en su discurso desde el escenario carioca.

«He sufrido en los últimos años», dijo en referencia a Piqué. «Pero las mujeres volvemos de las caídas más sabias, más duras, más fuertes. Si queremos llorar, lloramos. Pero si no, ganamos. Para la siguiente canción he hecho algunos cambios en la letra. Cualquier parecido con hechos reales es pura coincidencia».