El cantante de género urbano Blessd recibió críticas por parte de sus seguidores capitalinos, debido al concierto que realizó en Medellín, su tierra natal. Si bien es cierto que los artistas se esfuerzan en las experiencias para los asistentes a sus eventos en sus lugares de origen, hay algunos habitantes de Bogotá que consideran que merecen un mejor show.

Esta no es la primera vez que se desatan críticas de este tipo, teniendo en cuenta que lo mismo sucedió en la última presentación de Karol G en Bogotá, que se llevó a cabo en abril de 2024. No trajo artistas invitados a su show y no interactuó de la misma forma con su público como lo hizo en Medellín, por lo que el regionalismo sigue latente en esta discusión.

Y es que Blessd sorprendió a más de 12.000 fanáticos en el concierto en La Macarena de Medellín, donde se presentó junto a destacados artistas como Maluma y Anuel. Este evento se destacó por la presencia de estos invitados especiales, que contribuyeron a una noche memorable para los asistentes.

El concierto en Medellín contrastó con las presentaciones previas de Blessd en el Movistar Arena de Bogotá, donde, a pesar de haber agotado las entradas para dos fechas consecutivas, la ausencia de grandes invitados fue notoria y bastante criticada por los habitantes de la ciudad.

En varios videos publicados a través de la red social TikTok y publicaciones en la plataforma X, antes conocida como Twitter, los seguidores comentaron que esperaban la participación de artistas con los que Blessd ha colaborado, como Ryan Castro y Myke Towers, pero se sintieron decepcionados al no verlos en el escenario.

La diferencia en la lista de invitados entre las ciudades generó críticas entre los fanáticos de Bogotá, que expresaron su descontento por la falta de artistas de renombre en las dos fechas que llevó a cabo en la capital del país. A pesar de la calidad del espectáculo y la puesta en escena, la expectativa de ver a algunos de los colaboradores más conocidos de Blessd no se cumplió, lo que dejó a muchos asistentes con la sensación de que el evento no alcanzó su máximo potencial.